Antes, durante y después del confinamiento: Fase 1 (25 de mayo a 7 de junio de 2020)

Hace casi un mes que no escribo, y no porque no haya habido cosas que contar, que las hay. Más bien por trabajo. Finalmente pasó el confinamiento más duro y empezaron los paseos. Yo decidí quedarme en casa y seguir haciendo bicicleta estática para mantenerme en forma. Cuando se inició la fase 1 tocó ir volviendo a la oficina. Poco a poco, sólo media jornada presencial y dos días por semana. El resto trabajando en casa. Bien, ese fue el día que decidí volver a la calle. Durante dos semanas, aún pudiendo salir del municipio al tener ficha federativa, decidí limitar mis paseos al municipio, que no es otro el pequeño enclave de La Llagosta. Este término municipal es el más pequeño de la comarca y buena parte de él es suelo urbano, pero aún así tenemos diversos espacios que vale la pena conocer.

El primer día de salidas, el 25 de mayo, decidí acercarme a la humanizada pero hermosa Riera de Caldes, que en las últimas fechas tiene bastante más agua de lo acostumbrado.

Puente en la Riera de Caldes

Hay que decir que la bicicleta estática me ayudó a conservar la musculatura, pero no esperaba que la articulación del tobillo se hubiera atrofiado tanto. Los primeros días incluso molestaba un poco al caminar rápido, pero esta fase 1 y los paseos diarios han hecho que la recuperación sea rápida.

El segundo día decidí dar un paseo un poco más largo, acercándome al cementerio de La Llagosta y recorrer la desembocadura de la Riera de Caldes y el Besòs hasta la zona de la depuradora. Mi primera gran sorpresa fue encontrarme con un corzo corriendo por las vias del tren de alta velocidad. Sí, sí, un corzo en La Llagosta. Lástima que el encuentro fue fugaz y no puede inmortalizar la imagen.

Si hablamos de encuentros con animales hay que decir que estos días es bastante fácil cruzarse con conejos, patos o garzas, como la de la siguiente foto.

Garza real en vuelo

No creo que haga falta decir que si algo hemos aprendido estos días es a valorar los pequeños tesoros de nuestros entornos locales. 

Destacaré tres zonas, aunque podrían destacarse muchas más. El camino a la Riera de Caldes entre la C-33 y la vía de alta velocidad, el paso del Besòs por nuestro pueblo y la desembocadura de la Riera de Caldes en el Besòs.

Camino a la Riera de Caldes entre la C-33

En este tramo de pista de tierra, encajado entre una autopista y el paso del tren de alta velocidad, encontramos el bosque más frondoso del pueblo. Aquí es donde pude ver al corzo y donde podéis escuchar el canto de numerosos pájaros.

Camino a la Riera de Caldes

Hay una zona central donde aparte de buena sombra, podemos encontrar una vegetación más espesa y húmeda.

Bosques de La Llagosta

Y al final de este camino, casi tocando a la Riera de Caldes, encontramos un punto de descanso de uno de los rebaños de ovejas locales, aunque también encontramos algo de basura dejada por los humanos.

Ovejas junto a la Riera de Caldes

Desde este punto bajamos en seguida a la Riera de Caldes, y si la seguimos hasta el final, nos encontramos con la desembocadura al Besòs.

Desembocadura de la Riera de Caldes en el Besòs

En este punto encontramos numerosas cañas, tierras agrietadas por la humedad o pequeños hundimientos de terreno, pero lo más interesante para mí es la exclusiva playa fluvial de La Llagosta. No la recomendaría para baño, pero sí para paseo.

Playa fluvial de La Llagosta

Es curioso también ver los depósitos que el agua hace en las plantas y en el suelo, especialmente cuando hay crecidas. Y la olor a humedad y presencia de algunas algas también le da encanto. Y oara finalizar el resumen de los lugares re-descubiertos estas dos semanas, acabamos con el río Besòs, que parece se va recuperando a buen ritmo del reciente desastre ecólogico.

Paso del Besòs por La Llagosta

El Besòs, como corredor natural que es, también nos permite avistar otros lugares a mayor o menor distancia. De las zonas cercanas más emblemáticas distinguimos la ermita de Reixac y la torre de televisión de Montcada.

Ermita de Reixac y Besòs

 La zona montañosa que tenemos más cerca, y a la que volveremos en fase 2, es la Serralada de Marina, con su poblado ibérico de Les Maleses, entre otras maravillas.

Serralada de Marina desde el Besòs

Y si nos acercamos al paso peatonal para cruzar el río podemos ver el estético Turó de Montcada, siempre marcado por el profundo corte de la pedrera.

Turó de Montcada desde el paso peatonal del Besòs

Y no nos podemos dejar, hacia el norte y el la lejanía, la altiva silueta del Montseny, destacando el lomo del Matagalls a la izquierda y el Turó de l'Home y Les Agudes a la derecha.

Montseny desde el Besòs

Y seguro que echaréis a faltar muchos lugares. En mi lista particular falta la Riera Seca, pero como una parte muy importante de ella pertenece a Montcada y a Santa Perpetua nos la dejamos para la fase 2. Nada más, a disfrutar y a cuidarse. Ya estamos en fase 2, ahora a disfrutar los municipios de aquí al lado y a cuidarse.

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