Domingo 23 de noviembre. Hoy es día de celebración para Xiruca. Llegamos a los 3 años de vida. Este año queríamos celebrarlo con una actividad un poco más vistosa que los dos años anteriores, aunque un poco menos "popular", lo que hará que seguramente participe menos gente. La zona escogida es la Serra del Catllaràs, en el corazón del Berguedà.
Salimos a las 8 y poco de la mañana desde el centro de la Pobla de Lillet, un pueblo interesante por sí solo como para hacerle una visita prolongada. En él podemos ir a ver los interesantes Jardins Artigas, de Gaudí, tomar el carrilet que nos llevará hasta el Museu del Ciment o simplemente disfrutar de sus edificios medievales, como el Pont Vell, que data del siglo XIV y fue restaurado en 1984.
La ruta que vamos a hacer está bastante bien señalizada. Tomaremos inicialmente el GR 4 que se encamina a Falgars por una loma practicable y bastante atractiva. Pronto pasamos frente al helipuerto de La Pobla de Lillet. Viendo el cartel de Transports públics de Catalunya da la sensación que esperando un rato allí vaya a venir el helicóptero a recogernos para llevarnos a la siguiente parada, como si fuera una línea regular.
Hoy está un poco tapado el cielo, pero a medida que ganamos altura empezamos a ver con claridad las montañas importante de los alrededores, empezando por las más próximas: Tosa d'Alp, Puigllançada y Serra de Montgrony.
Y como no, aunque un poco tapado, también asoman las puntas (o pollegons) del singular Pedraforca y la Serra del Cadí.
La temperatura es agradable y avanzamos con comodidad, ganando altura de manera progresiva y sin grandes rampas. Pronto empezamos a vislumbrar las puntas más altas que visitaremos en la jornada de hoy, en algún claro entre los árboles que nos rodean: la Roca de La Lluna, las Roques d'Arderiu y la Roca del Joc, de izquierda a derecha.
Incluso puede verse la plataforma que hay construída y que sirve de mirador en la Roca de La Lluna (en la foto apenas se distingue). Poco después llegamos a Falgars, donde nos recibe una gran explanada y en lo alto de una loma el Santuario de Falgars. La ermita original está datada del 1049, aunque la iglesia actual se edifica en el 1646, conservando algunas paredes de la antigua.
La verdad es que el rincón es precioso y con grandes vistas, incluso hay un hotel rural junto al mismo santuario por si alguien quiere pasar unos días en el lugar. Dentro del santuario podemos visitar la Mare de Déu de Falgars, una imagen gótica de la virgen esculpida en alabastro. La imagen se extravió (probablemente debido a alguna guerra) y fue encontrada por un pastor y un buey en medio de unos helechos. Es una imagen curiosa, ya que la virgen aparece amamantando al niño Jesús.
Acabada la visita nos dirigimos a la Collada de Falgars, donde cambiamos de paisaje y empezamos un cómodo ascenso por pistas y caminos entre sendos y bucólicos hayedos.
El otoño es más que recomendable en la Serra del Catllaràs, pues los tonos marrones y rojizos nos regalan la vista. Seguimos el GR 4 hasta el Collet Llebató, donde lo dejaremos para girar al Este y el terreno se aplana facilitando el avance. En breve nos plantamos frente a la enorme Roca del Catllaràs, que marca aproximadamente el ecuador de nuestra ruta y el inicio del descenso a La Pobla de Lillet.
Junto a esta roca hay un gran llano, el Pla del Catllaràs, donde nos encontramos a tres burritos que vienen a recibirnos.
Proseguimos la marcha. Pasaremos ahora junto a la Font Assedegossa y luego junto a la de Prat Xispedor, en un paisaje ya dominado por los pinos y donde nos reencontramos con pista de tierra.
Seguimos ahora el PR C-52, que pasa junto a la Roca del Joc dejando la pista. En nuestro caso, admiramos la monumental haya que hay en el Pla de les Dameses al pie de dicha formación rocosa.
Y cerca de ella encontramos, un poco escondido, el senderito marcado con hitos que nos conducirá hasta la cima de la Roca del Joc. El ascenso es entretenido y hay que tener bastante precaución, pues hay varios puntos donde podríamos tener algún contratiempo serio. Para empezar el camino es empinado y hay mucha hoja caída y humedad, por lo que el terreno es relativamente resbaladizo. Cuando ya hemos ganado un poco de altura, salimos a la zona rocosa. Nos encontramos con una primera pared con buenas fisuras e incluso algún escalón metálico que nos ayuda en nuestra trepada.
Superados estos primeros pasos, giramos y el terreno se estrecha. Tenemos que seguir trepando, ahora por un tramo un poco más vertical pero más cerrado. Esos pasos no requieren material, pero sí un poco de seguridad y experiencia para no tener problemas. La sensación al llegar a la cima es casi de vértigo. La punta en la que estamos es relativamente estrecha y se eleva abruptamente sobre el terreno alrededor nuestro. Vale la pena disfrutar las vistas y la sensación de elevación.
Reponemos un poco de fuerzas en la cima e iniciamos el descenso para volver al PR y recuperar nuestro camino a La Pobla de Lillet. Destrepamos los pasos técnicos con cuidado y en poco tiempo ya estamos de nuevo en el PR y luego en una pista, desde la que se puede apreciar lo abrupto de la Roca del Joc desde abajo.
Sin mayor dilación descendemos hasta llegar al Collet Fred, donde volveremos a desviarnos del camino para acceder al conocidísimo mirador de la Roca de Lluna. La visión desde este punto sobre la Vall de Lillet hace de su visita algo más que reconfortante, aunque a menudo podemos encontrar este mirador un poco saturado de gente.
El plan a partir de ahora es claro: descenso, descenso, descenso. No obstante no faltarán pequeños lugares y curiosidades en el tramo restante. El primero que nos encontramos es una obra de Antoni Gaudí: el Xalet del Catllaràs. Este gran chalet fue una casa de colonias del Servei de Colònies de Vacances hace bastantes años, pero ahora no está en servicio y le iría bien un poco más de mantenimiento.
Junto a esta curiosa obra hay un refugio libre, que nos puede ser muy útil en caso de lluvias o si queremos disfrutar de una visita más prolongada a esta zona.
El refugio es relativamente grande y no está en óptimas condiciones, pero se podría hacer noche en él. La siguiente construcción en nuestro retorno al punto de origen es el Castell de Lillet, al que tardamos un poco más en llegar.
En la cima de una colina encontramos tan sólo una pared ruinosa, que nos rebela un pequeño vestigio de lo que había sido el Castell de la Vila, un castillo-refugio de los habitantes de la Vall de Lillet. Las vistas hacia La Pobla de Lillet desde este punto son interesantes también.
Perdiendo un poco más de altura nos colocamos a los pies de donde había estado el castillo. Desde aquí la colina resulta un poco más imponente.
Sin perder demasiado tiempo, hallamos pronto una nueva curiosidad: la Rotonda de Sant Miquel de Lillet. Esta pequeña ermita (tan sólo 4,7 metros de diámetro interior) es singular por su buen estado de conservación, forma y tamaño. No tiene ventanas y es un edificio circular, simple y de bella factura, documentado del año 1166.
A escasos 200 metros de la Rotonda encontramos el Monestir de Lillet. Este edificio es un tanto ingrato a la vista por su caótica mezcla de estilos y la estructura metálica que instalaron para visitarlo mejor. No obstante, es un edificio de alta importancia histórica donde podemos encontrar estilos arquitectónicos tan variados como el pre-románico, románico lombardo, gótico y clásico-barroco.
A partir de aquí nuestro recorrido no tiene mucho más a destacar. Caminamos por caminos junto a amplios campos de cultivo y llegamos al barrio de Les Coromines. Menos de un kilómetros nos separa ya del punto inicial.
Resumiendo, la Serra del Catllaràs y este recorrido circular tienen absolutamente de todo: historia, variada vegetación, amplios paisajes, trepadas...
Galería fotográfica de la ruta circular a la Serra del Catllaràs