Teníamos prevista la Xirucada para los días 1,2 y 3 de noviembre. Al final la tuvimos que reducir a los días 1 y 2 por compromisos de los participantes. Eso no fue un problema para disfrutar de manera sencilla del grandioso espectáculo natural de la Vall de Boí. La idea era entrar al Parc Nacional d'Aigüestortes desde el lado occidental por la Palanca de la Molina, entrada que ninguno de los participantes habíamos pisado.
Así, pues, nos ponemos en marcha el día 1 e iniciamos la jornada con el trayecto en coche. Subir al Pirineo Occidental catalán para mí siempre supone una bonita experiencia desde que se inicia el trayecto en coche. La carretera que avanza en paralelo a la Noguera Ribagorçana (o Ribagorzana, depende de si estamos en Cataluña o en Aragón) es un bonito escarapate de escarpadas paredes y solitarios y auténticos pueblos del Pirineo y PrePirineo. Alternamos entre territorio catalán y aragonés y poco después de pasar de pasar el Pont de Suert, con su curiosa iglesia en medio de él, por fin nos internamos en el valle que admiraremos los dos días siguientes.
Para empezar nuestro periplo, visitamos una de las famosas ermitas románicas del valle, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Sant Quirc de Durro.
La construcción original de esta ermita, sencilla y elegante, data del siglo XII. Uno de los hallazgos artístico-históricos encontrados en ella, el frontal de altar del martirio de San Quirc y su madre Santa Julita, podemos verlo en la sala románica del MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya), que está en Montjuïc, Barcelona.
Pero aparte de la vistosa construcción la ermita se emplaza en un lugar con espléndidas vistas al fondo de la Vall de Boí y de picos y valles circundantes. En la siguiente foto destacan la Pala Alta de Sarradé, a la derecha, encima de la Vall de Sant Nicolau, que será nuestro próximo objetivo, y el Montardo d'Aran, en la Vall d'Aran, al fondo de la fotografía en la parte central:
La panorámica sobre el núcleo de Durro, perteneciente al municipio de la Vall de Boí, también es interesante como mínimo:
Después de la primera visita cultural, nos encaminamos a la Palanca de la Molina, lugar donde dejaremos el coche, ya que el tránsito por la pista asfaltada a partir de aquí sólo está permitido a vehículos autorizados, como los taxis del parque.
Nos adentraremos en la frondosa y húmeda Vall de Sant Nicolau, remontando el Riu de Sant Nicolau por el "Camí de la llúdriga", camino de la nutria en castellano. El primer tramo de este camino es un sendero que discurre entre árboles, en paralelo y a la derecha del curso del Riu Sant Nicolau.
Pronto encontramos una fuente donde cargar agua, cosa que no nos faltará en los dos días.
En menos de una hora llegamos a un puente, la Palanca del Pei, por donde podemos continuar el "Camí de la llúdriga" por la ribera derecha del río o cruzar por él para ir a visitar la ermita de Sant Nicolau.
Lo cruzamos y un rato después llegamos a la ermita de Sant Nicolau, construida después del esplendor del románico.
Al lado de la ermita hay un plafón explicativo del parque con información curiosa del lugar: A Sant Nicolau se le reza para protegerse de situaciones difíciles como tormentas, nevadas, granizadas... Hay una leyenda que cuenta que se esconden allí las coronas de unos reyes franceses, y que quien las encuentre morirá en ese mismo momento. No nos paramos a buscarlas... También nos cuenta que se celebra una peregrinación de los habitantes de Boí a esta ermita el primer domingo de julio de cada año.
Proseguimos camino, ahora en leve descenso y pronto nos encontramos con uno de los emblemas del valle, el Estany de Llebreta, que acentúa su belleza con la rica variedad de colores propios del otoño.
El camino me había parecido bonito hasta aquí, pero de aquí en adelante nos encontramos con los parajes más singulares y espectaculares del recorrido. Pronto llegamos a la Cascada del Sant Esperit, que se aprecia perfectamente desde un mirador habilitado a tal efecto con unas barandas de madera.
Seguimos aguas arriba por senderos, que a veces cruzan la pista asfaltada. Por el camino seguimos encontrando agua y alguna fuente. Finalmente llegamos al Planell d'Aigüestortes, donde está el estacionamiento de los taxis del parque. Si venís con alguien que tenga dificultades al caminar, o venís con niños pequeños o gente mayor, el servicio de taxis os dejará aquí y os devolverá a la entrada del parque a un precio razonable. Para más información visitad la página web de los taxis de la Vall de Boí.
El Planell d'Aigëstortes es una gran zona llana, a unos 1.900 metros de altura, donde podemos disfrutar de las vistas de la Vall de Sant Nicolau:
Siguiendo aguas arriba, nos encontramos con una pequeña presa.
Cruzamos el Planell d'Aigüestortes río arriba por una pista de tierra, pasando extensos prados, fuentes, alguna pasarela de madera y entre bosques de pinos y vegetación de alta montaña.
Finalmente, en una curva de la pista, encontramos el desvío señalizado al Refugi de la Centraleta. Este refugio es un refugio de libre acceso de unas 16 plazas, bien equipado y en buen estado de conservación. Sólo lo encontraremos abierto cuando el Refugi d'Estany Llong, que está a 15 minutos de éste en dirección al Estany Llong, se encuentre cerrado.
El refugio está en un lugar tranquilo, muy cerca de la bajada de aguas de Contraix. Al llegar nos encontramos una amable pareja de franceses y un grupito de chicos jóvenes. En su fachada principal, cubierto con techo, encontramos numeroso leños para hacer fuego, y en su interior, unos cómodos y bastante nuevos colchones que elevaron nuestro descanso a un nivel poco habitual en refugios de montaña, sean libres o guardados. Antes de hacer la cena y dormir disfrutamos del calor del fuego al lado de la chimenea.
Para cenar, una buena sopa cocinada con nuestro hornillo y unas salchichas de frankfurt. El grupo de chicos estuvieron parte de la noche haciendo castañas al fuego. En el refugio había unas parillas. Si lo llegamos a saber hubiera caído algo de carne a la brasa para cenar...
Después de un reconfortante sueño, nos levantamos a una hora prudente, sin madrugar demasiado, a las 7:15 de la mañana y desayunamos un poco. A las 8 estábamos en marcha hacia el Estany Llong, el último de los lugares que íbamos a visitar. La temperatura, para estar a casi 2.000 metros de altura y a principios de noviembre era bastante elevada, casi ni hacía falta abrigo. En 15 minutos pasamos por detrás del refugi d'Estany Llong, cerrado esos días.
En 10 minutos más ya estamos en el amplio y bucólico Estany Llong, donde hacemos una parada larga para recorrerlo por su orilla y coger agua.
Desde aquí vemos con claridad el Pic del Portarró y la subida al Portarró d'Espot, el amplísimo puerto de montaña que separa la vertiente del Estany de Sant Maurici de la de Aigüestortes.
Según he leído, antiguamente transitaban vehículos 4x4 por aquí. Nuestra primera intención era ascender hasta el Portarró, ya que la vista del otro lado del Parque Nacional desde allí merece bastante la pena. No obstante, la falta de tiempo y algún problem físico de última hora nos hacen cambiar los planes. Volveremos otro día para ir al Portarró, alguno de los picos que hay cerca de él o ver los lagos que hay escondidos en sus cercanías.
Así, pues, retornamos hacia el coche, no sin disfrutar antes de las hermosas vistas del Estany Llong y las montañas de Contraix reflejadas en sus aguas.
Bajamos con calma, sin prisa pero sin pausa. El camino es amplio y sencillo, por lo que vamos charlando y disfrutando del día soleado mientras decendemos. Pasamos ahora por delante del Refugi d'Estany Llong.
En los prados del Planell d'Aigüestortes hacemos fotos del bucólico paraje.
Poco antes de llegar al final del Planell, encontramos unas pasarelas de madera, indicadas como itinerario adaptado, que se internan por la zona boscosa y entre las aguas que discurren por este llano. Vamos al mismo Planell pero por un recorrido un poco más agradable.
Seguimos bajando por el mismo camino que recorrimos ayer, disfrutando de nuestro entorno. Pronto nos topamos con una de las visiones más imponentes del fin de semana: El Estany de Llebreta, en su esplendor otoñal.
Pasado el lago, variamos el recorrido de subida y en vez de pasar por la Ermita de Sant Nicolau (seguiremos sin encontrar las coronas, ¡qué lástima!) recorremos ahora el "Camí de la llúdriga" en su totalidad. Pasamos por numeroso prados herbosos y sendas y finalmente retornamos al lugar donde estaba aparcado nuestro coche.
La Xirucada casi ha acabado, pero nos queda el colofón. Volviendo a casa pasamos por Torrefarrera y comemos en el buffet de Àrea de Guissona, opción siempre económica y apetitosa donde celebrar estos dos días de contacto con los hermosos lugares del Parque Nacional de Aigüestortes i de l'Estany de Sant Maurici.
¡Os esperamos en la próxima!
Álbum fotográfico de la 2ª Xirucada: Sant Quirc de Durro, Estany de Llebreta y Estany Llong
Descripción de la ruta al Estany de Llebreta y al Estany Llong