Hoy vamos a hacer una breve visita a la Penya del Papiol, un "100 cim" muy cercano a Vilafranca del Penedès. Disfrutaremos de paseos entre viñas y de una interesante visita al conjunto monumental de Olèrdola. Salimos prontito para aprovechar la mañana y no encontrar mucha caravana en la AP-7. Aparcamos en un amplio parquing a la entrada del pueblo de Sant Miquel d'Olèrdola. Desde allí debemos dirigirnos a la rotonda que hay a la entrada del pueblo y pasar por un puente sobre la C-15. Digamos que este primer tramo no será lo más bonito de la excursión... Primero nos acercamos a ver el Sant Sepulcre, una capilla románica del siglo XII, actualmente propiedad privada.
Seguimos nuestro paseo entre viñas, dando un poco de vuelta para ir a buscar el ascenso a la Penya del Papiol. Tomamos numerosas fotos de Sant Miquel d'Olèrdola y de Vilafranca del Penedès tras las cepas que tan características son en esta viñatera comarca.
El camino es plano y está bien indicado. Sin demasiado esfuerzo y disfrutando de una mañana con una temperatura agradable llegamos a Fontallada, una estética masia.
Por esta zona tenemos las ruinas del Castell de la Barquera, que no visitaremos por quedar un poco apartadas de la ruta. Perdemos la ruta correcta a la Penya del Papiol porque no vemos una pista con un poste indicador que rompe a la izquierda. Y eso que íbamos tres, pero ninguno de nosotros se da cuenta. Por suerte, nos damos cuenta pronto del error y perdemos poco tiempo, quedando en mera anécdota.
Empezamos ahora a subir por pista, ya con la Penya del Papiol identificada. Literalmente la manera de identificarla es: "la cima que tiene el árbol asocial encima". En la siguiente foto se puede llegar a ver el árbol aislado en la loma cimera.
Cuando ya hemos ascendido algo más y estamos en la entrada de la finca de Cal Jesús, encontramos unas clarísimias indicaciones a la cima y empieza el tramo de ascenso más pronunciado de la mañana. De nuevo el singular arbolito destaca en la loma.
Una fuerte pero breve subida nos conduce a la loma, coronada por una senyera. Desde allí distinguimos Vilafranca del Penedès, l'Arborçar, el Massís del Garraf y hasta Montserrat. Caminamos ahora por la plana cresta y pronto llegamos a la Penya del Papiol, marcada con un bloque de cemento y un libro de registro.
Volveremos al punto de partida ahora pasando por la pedrera y por el camino más corto. Empezamos a descender hacia la cantera de Olèrdola, tímidamente al principio y con más fuerza después.
Cuando ya estamos bastante abajo, pasamos junto a las ruinas de Cal Catantingues. Esta masía debió ser importante en el pasado a juzgar por sus dimensiones, pero ahora parece que vaya a caerse de un momento a otro.
Cuando seguimos descendiendo pronto encontramos otro de los puntos curiosos del recorrido: una zona pedregosa donde han instalado una cuerda fija para facilitar su ascenso o descenso. No es un descenso de extrema dificultad, pero la cuerda ayuda, especialmente si la piedra está húmeda.
Después de este descenso salimos a la entrada de la cantera y sólo nos queda recorrer unos metros por el lateral de la C-15 hasta retornar al punto de partida. Llegados al coche nos desplazaremos ahora para pasar a la parte más cultural de la jornada: la visita al conjunto monumental de Olèrdola.
Este conjunto tiene un elevado valor histórico, ya que presenta vestigios de asentamientos pre-ibéricos, ibéricos y medievales. Se puede visitar prácticamente todos los días del año y es precio es bastante asequible. Aquí dejamos enlace para consultar horarios y tarifas.
La entrada al conjunto está delimitada por la muralla construída en la epoca medieval. Podemos encontrar pedreras y cisternas romanas, calles de la época de los íberos y restos de casas de diversas épocas. Casi a la entrada del conjunto destaca la enorme cisterna romana.
Subimos entre los restos de la pedrera y los silos para ir a encontrar la parte mejor conservada del conjunto: la iglesia románica de Sant Miquel d'Olèrdola.
La actual iglesia es románica, pero la original es de una época previa, de la que aún se conserva alguna pieza, como el curioso capitel que luce a la entrada de la misma.
Junto a la iglesia hallamos la necrópolis, donde podemos encontrar tumbas antropomorfas. Por encima de esta zona se hallan los restos del castillo y de la atalaya, desde donde tenemos vistas al Puig de l'Àliga y a otras zonas cercanas.
Descendemos hacia la entrada del conjunto, pasando por una calle medieval de la que se conservan hasta las escaleras, por las que bajamos.
Estos son sólo algunos de los restos que podemos visitar en Olèrdola. La visita es entretenida y muy recomendable. Nosotros por lo menos la disfrutamos bastante. Buen broche para una mañana completa.