Escapada a Picos de Europa. Principios de julio de 2021. Unos meses antes pudimos conocer esta zona, pero quedaron muchas cimas y lugares por visitar. Esta vez aprovechamos una oferta para ir a dormir al espectacular Hotel-Refugio de Áliva, con vistas al Peña Vieja y cerca de la zona más concurrida de Picos, a menos de una hora de El Cable. Sólo tenemos un día completo de buen tiempo y el objetivo fijado es el Peña Vieja, una de las cimas más frecuentadas del sector. Esta cima fue considerada durante un tiempo la más alta de Cantabria, con 2.613 metros de altura. Ahora este honor le corresponde al Torre Blanca, que se ubica cercano al famoso refugio de Cabaña Verónica y que queda pendiente para otra visita a Picos de Europa.
Tras el largo desplazamiento desde Barcelona y llegar a la población de Espinama hay que recorrer un tramo de pista bastante largo para llegar a Àliva. Hay que remarcar que no es muy aconsejable recorrer este tramo con un turismo bajo. La aproximación por la pista es de gran belleza. Vamos ganando altura junto a diversos invernales, donde guardaban el ganado en épocas frías y finalmente llegamos a una zona más amplia y plana por donde iniciariamos el descenso a ka población asturiana de Sotres. Es en este punto, bien indicado, donde dejamos la pista que dicurre por el valle para hacer el ascenso final a Áliva. Una vez allí nos maravillamos con las vistas hacia la Peña Olvidada y el Peña Vieja y hacia el valle que hemos dejado abajo. En al siguiente foto mostramos la cadena que une el Peña Olvidada con Peña Vieja, con el Chalet Real debajo.
Tras llegar planificamos la ruta del día siguiente: ascenderemos al Peña Vieja por La Canalona y desde allí decidiremos si bajamos por la Canal del Vidrio o volvemos por el mismo sitio. Tenemos dudas respecto a la dificultad de la ruta por la Canal del Vidrio.
En Áliva te ofrecen la posibilidad de acercarte a La Vueltona con todoterreno, muy cerca de El Cable, que es el punto de llegada del teleférico de Fuente Dé. Optamos por esta aproximación para recortar un poco el horario y reducir el desnivel. Así pues, algo despues de la 9 estamos en La Vueltona donde ya se agolpa gente para observar animales, el paisaje y otro tantos pasan por allí para ascender a Cabaña verónica o a la cimas de la zona central de Picos.
Empezamos a caminar por la marcada pista que pronto se torna más estrecha y empieza a ganar altura en dirección a Cabaña Verónica. Tras un buen rato de subida tenemos una buena panorámica si miramos atrás.
En más o menos una hora desde el inicio, tras superar un tramo con algo más de pendiente, encontramos el cartel que señala el desvío del camino principal hacia el Peña Vieja. Hay un poste indicador bien claro que señala el sendero que se encamina a La Canalona. Al principio subre tranquilo y nos regala unas vistas privilegiadas de los Picos de Santa Ana y la esbelta Aguja de La Canalona.
La parte más penosa es la parte de ascenso final donde conluye La Canalona, que sin ser difícil técnicamente, requiere un cierto esfuerzo pues hay una mayor pendiente y mucha piedra suelta.
Cuando acabamos la canal, llegamos a una zona más amplia, donde ganamos perspectiva hacia donde tendríamos el Mar Cantábrico y los Picos del Jierru.
Y al otro lado destaca nuestro objetivo en la foto más típica del Peña Vieja.
Desde aquí alcanzaremos la cima en algo menos de una hora. Parece más complicado de lo que es, pues no hay ninguna zona que exija una gran técnica y la mayor parte del ascenso es sobre piedra más o menos firme, sin pasar por zonas excesivamente descompuestas. Eso sí, no pararemos de subir y en alguna zona se nota la fuerte inclinación.
Una vez en la cima pasamos un buen rato pues el panorama es francamente especacular. A un lado vemos la pista que recorrimos el día anterior para llegar a Áliva y las montañas al Sur de nuestra posición, así como las salvajes aristas que hay en las proximidades.
Por otro lado alcanzamos a ver cimas míticas como la Peña Santa de Castilla, al fondo y en un color más oscuro. También destaca Torre Cerredo en la parte derecha de la foto, el techo de Picos de Europa con una forma casi cuadrada.
Y también alcanzamos a ver el famoso Pico Urriello (Naranjo de Bulnes), a la derecha de la foto en un forma casi cuadrada.
Tras disfrutar de las vistas, empezamos el descenso. Un chico nos ha desaconsejado bajar por la Canal del Vidrio y a mi no me apetece mucho, pero mi compañero me convence para acercarnos a verla y luego decidir.
La primera parte del descenso no tiene ninguna complicación y se pierde altura con relativa comodidad y facilidad.
La senda está muy marcada con hitos y se sigue bien si estás atento. Hay que prestar atención porque en un momento dado tenemos que dejar de descender y tomar una vira hacia la derecha, por un sendero estrecho pegado a una pared que se dirige hacia una cavidad similar a una cueva. La verdad es que este tramo impresiona bastante. Es bastante vertiginoso y la salida aparenta más complicada de lo que resulta ser finalmente.
Nos paramos un rato en la cavidad a comer algo antes de afrontar el tramo más delicado.
Para variar tengo una cierta tensión, pero finalmente afrontamos esta parte de descenso. No es muy difícil pero hay que prestar atención, pues hay zonas un poco descompuestas donde un resbalón no sería muy aconsejable... La zona más delicada se pasa relativamente pronto y luego la canal empieza a hacerse un pedregal más amplio donde ya podemos relajarnos un poco.
Mirando hacia arriba se ve lo salvaje del terreno y cuanto más bajamos más difícil parece la ruta vista desde lejos. En la foto siguiente marcamos (aproximadamente) todo el descenso desde la parte iquierda por el prado central, que hay que dejar por la zona de cavidades para tirar por el pedregal donde hay un nevero pequeñito. El camino marcado en azul es aproximado y en ningún caso fue una línea recta lo que trazamos, pues hay que trazar zig-zags contínuamente para afronta el descenso.
Finalmente desembocamos a un sendero sin más dificultad, ya próximas a lo que queda las Minas de las Mánforas, de donde se extrajo zinc, plomo y en su última etapa blenda acaramelada.
Desde aquí ya todo serán prados y cómodo descenso hasta Áliva. Pasamos cerca del Chalet Real, una curiosa casa prefabricada que trajeron de Inglaterra en 1912 y que Alfonso XIII utilizó para cazar unos días por aquella época. Dicen que la casa está decorada por dentro con el mobiliario clásico de la época y que no tiene desperdicio, pero eso sólo lo conocen algunos lugareños, pues es propiedad privada.
Sin más llegamos nuevamente a Áliva, donde merendaremos y tomaremos una merecida ducha. La ruta de hoy ha sido muy entretenida, a la altura de las grandes rutas de este macizo. En esta visita ya no podremos hacer ninguna ruta de dificultad, pues los próximos días hay amenaza de lluvia todos los días. Habrá que esperar a la próxima visita.
Por si las quieres ver, aquí tienes todas las fotos de la ruta al Peña Vieja.