Esta excursión no ha sido una más. Por lo menos para mí. Hacía tiempo que había planeado realizar esta excursión con Xiruca, pero el día nunca llegaba. Lluvias, compromisos de última hora, etcétera. Por fin eso cambió.
La idea inicial era ir desde Molins de Rei hasta la puerta de mi casa en La Llagosta. Pero con el tiempo también fue evolucionando. El emmarcarla en el mes de Collserola y haber realizado previamente ascensiones a sus cimas principales, dentro de nuestra serie de rutas por la serra de Collserola, me ayudó a darle otra perpectiva. Una de la opciones era seguir el PR-C35, que es un elegante camino que atraviesa toda la Sierra de Collserola sin pisar ningún torrente, siempre por lomas.
Pero la intención era hacer algo diferente, y aunque con bastante más desnivel que el PR-C35, el recorrido realizado alcanza algunas de las cimas más interesantes: Puig de Madrona, Puig d'Olorda, Tibidabo, Turó de Magarola, Turó de Valldaura.
La realización de esta ruta no estuvo exenta de curiosidades, como econtrarnos con un autobús completamente quemado y un regimiento de bomberos y policias... Empezamos a andar en la estación de tren de El Papiol y en seguida cogemos el citado PR-C35 que nos ofrece unas interesantes vistas de El Papiol y su castillo.
Siguiendo la ruta pasamos por al lado del famoso cementerio de Roques Blanques.
Son las 9 de la mañana aproximadamente y hace un calor considerable. Por suerte el camino no es muy exigente y después de un terreno casi llano llegamos a la subida al Puig de Madrona. El ascenso se realiza por sendero bien cubierto de vegetación, lo cual en pleno verano es un alivio, aparte de dotar al camino de una mayor belleza. Desde el Puig de Madrona tenemos unas buenas vistas. Ya divisamos, en la lejanía, el punto más alto de nuestra excursión: el Tibidabo y la Torre de Collserola al lado suyo.
Bajamos hasta la cercana y estética Ermita de la Salut, situada en una especie de esplanada.
El camino ahora se puede resumir en una sucesión de pistas de tierra que van bajando hasta llegar al punto más bajo de nuestra excursión: las casas de Can Castellví, donde enlazamos con la carretera de Molins de Rei. Esta propuesta es un poco liada en este tramo, pero nos permitirá coronar en la misma excursión el Puig d'Olorda, una de las cimas más espectaculares de Collserola en cuanto a vistas se refiere.
Es así como paso el tramo, a mi parecer, más "aburrido" de la ruta. Llego ahora a la Pedrera dels Ocells y a la Santa Creu d'Olorda, una zona donde los incentivos naturales, visuales e históricos se conjugan bastante bien.
Por un lado tenemos la Pedrera dels Ocells, que es un espacio natural de interés estético (paredes de pizarra y charcos de agua de un color ocre-rojizo debido al contenido sulfuroso y férrico del suelo).
Por otro lado tenemos la iglesia de la Santa Creu d'Olorda, que es una iglesia con cierta relevancia e historia en la zona. Desde este punto nos dirigimos al Puig d'Olorda, desviándonos del camino natural para hacer la travesía. Se empieza a notar que venimos de una sucesión importante de subida y bajadas alternadas, pero el terreno es sencillo. Pasamos por al lado de la cementera de Molins de Rei (abandonada) y subimos al Puig d'Olorda (torre de observación, enorme cruz y vértice geodésico).
Las vistas aquí son amplias y variadas: desde el aeropuerto de El Prat hasta Montserat, Baix Llobregat, La Mola...
Vuelvo a la Santa Creu d'Olorda y continúo ahora alternando tramos por lomas y por carretera.
Finalmente bajamos al barrio de Can Sauró y al Pantà de Vallvidrera.
Parece mentira, y además es algo que muchas gente desconoce, que Vallvidrera, una zona tan pegada a la ciudad de Barcelona, posea un pantano. Disfrutamos del hermoso entorno del pantano y seguimos por camino primero y luego por calle hasta Vallvidrera, donde ya tomamos la dirección del cercano Tibidabo. Desde aquí hay muchas manera de llegar al Tibidabo: podemos optar por hacer todo el camino por carretera, un tramo por carretera y otro por medio de Vallvidrera, por caminos... Nosotros recomendamos, aunque haya que desviarse un poco, acercarse a la Font de la Budellera, pues es una bonita fuente que nos premia con agua durante todo el año en un entorno muy refrescante.
Retornamos al camino, desde donde ya vemos bastante cercano el Tibidabo.
Finalmente llegamos al Tibidabo, cima más alta de la Sierra de Collserola. El Tibidabo es de sobra conocida por los barceloneses y gente de los alrededores por diversos motivos: por tener el parque de atracciones más completo de Barcelona, un precioso templo expiatorio que se ve desde gran parte de la provincia junto con la Torre de Collserola, y por tener unas espectaculares vistas de la ciudad de Barcelona.
El templo expiatorio es grandioso y con una plasticidad enorme.
Para bajar también disponemos de diversas opciones, pero el caluroso día nos hace buscar el camino más fresquito y decidimos ir por sendas al lado de la Font de la Salamandra (seca en épocas calurosas) hasta alcanzar la carretera que nos llevaría a Barcelona. Seguimos desde aquí en dirección al Turó de Magarola, último de nuestros grandes objetivos del día en cuanto a cimas se refiere.
En la foto anterior vemos a una lado Montserrat y al otro La Molsa, pero podemos ver desde el Montsenty la ciudad de Barcelona hasta el Maresme y el Vallès, siempre que el día sea claro.
Nos dirigimos ahora a Montcada, pasando por un tramo del Passeig de les Aigües y por el cementerio de Collserola. Antes de llegar a él, cruzamos varias veces la carretera de dicho cementerio, andando por ella en algunos tramos. Para mi sorpresa, en uno de ellos, nos encontramos con un buen puñado de policías y bomberos que estaban intentando limpiar la carretera que había quedado cortada por un autobús totalmente carbonizado.
Lo que nos queda ahora es todo prácticamente bajada por el bien marcado trazado del PR-C35. Pasamos por delante del cementerio de Collserola y nos dirigimos hacia el Turó de Montcada, que será una buena referencia del tramo que nos queda por andar hasta llegar a nuestro objetivo.
El último tramo es el más "desagradecido" y urbano, pues tenemos que andar por el tramo inicial de la carretera del cementerio, que no tiene mucho arcén y nos exigirá andar con cuidado. Posteriormente deberemos cruzar la N-150, con coches circulando a toda velocidad. Una vez cruzada ya nos queda el último tramo de senderos, siguiendo siempre el PR-C35 en dirección al Cementerio de Montcada.
Desde aquí, con el cansancio acumulado de casi 10 horas de caminata y un día de terrorífico sol y calor, aún nos queda cruzar Montcada y andar unos 3 kilómetros de asfalto por medio de polígono industrial hasta La Llagosta. Las tentaciones de coger el autobús hasta casa son terribles, pero la satisfacción de llegar a la puerta de casa a pie es aún mayor y decidimos continuar hasta el final.
Por fin, de una vez por todas, ¡excursión realizada!
Álbum fotográfico de la travesía de Collserola por sus cimas principales
Descripción de la travesía de Collserola por sus cimas principales
Otras Rutas de Collserola, sobre el mapa de la serra de Collserola