Empezamos la excursión en uno de los lugares más conocidos y tradicionales de las cercanías de Berga: El Santuario de Queralt. Las amplias vistas que ofrece el lugar, especialmente a la ciudad de Berga, lo han popularizado como el "balcó de Catalunya".
En un llano entre escarpadas paredes encontramos el santuario, bastante moderno, del siglo XVIII, en el lugar donde se cree que Guillem de Berguedà tuvo su castillo.
En el santuario se halla la imagen de la Mare de Déu de Queralt, una bonita imagen del siglo XIV, con una golondrina en la mano izquierda y el niño Jesus sobre su pierna derecha con un libro en la mano.
A pocos metros del santuario, se halla una construcción en el lugar donde según la leyenda se encontró la imagen originalmente, en la "Cova de la Troballa".
Según la leyenda, un pastor de la zona iba con su ganado cuando un buey se separó del grupo, subiendo de manera decidida hacia la cima conocida como el Castell de Berguedà. Finalmente encontró al animal al lado de una talla de madera, la Mare de Déu de Queralt, en el lugar donde se encuentra la "Cova de la Troballa". El pastor se llevó la talla a casa, y cuando la iba a enseñar a sus conocidos vio que habia desaparecido y la encontró al día siguiente en el mismo lugar donde la había hallado originalmente. Se la volvió a llevar a casa. Volvió a desaparecer. Esta vez subieron al lugar del encuentro las gentes de la zona y se encontraron la imagen bajo un cerezo que había florecido fuera de su época natural. Comprendieron entonces que debían dejar la imagen allí.
Comenzamos la excursión visitando el santuario y la "Cova de la Troballa". Luego seguimos caminando por un cómodo paseo que nos llevará al Mirador de Garreta. Antes de llegar a él, encontramos una puerta y un camino que desciende a una pequeña pista para que los practicantes de parapente se lancen desde allí.
Llegados ya al mirador, disfrutamos de las vistas a uno y otro lado. Mirando atrás, tenemos una vista privilegiada del santuario que acabamos de visitar entre las escarpadas cimas que lo flanquean.
Y detrás, podemos ver las cimas de Sobrepuny, la Serra de Picancel y el embalse de La Baells. Al otro lado se nos presenta una magnífica visión de las paredes de Cingles de Queralt, a donde nos dirigiremos a continuación.
El camino, bien marcado y con abundancia de especies vegetales, nos conduce en cómodo ascenso por estas paredes.
Cuando llegamos a lo alto de Cingles de Queralt, tomamos un camino hacia el Norte, que nos llevaría a Espinalbet, y desde el que se ve claramente el prominente Cogulló d'Estela y Rasos de Peguera detrás.
Usamos este camino para enlazar con otro que tomamos hacia el Este y que nos llevará al "Camí de l'Aigua", un camino equipado en su tramo final con unas escaleras y unos pasamanos que nos facilitan el avance para retornar casi al mismo santuario, al lugar donde se halla una pequeña capilla dedicada a San Juan.
Este camino no presenta ninguna dificultad y las escaleras y pasamanos lo hacen un poco más entretenido. Antiguamente había una pequeña vía ferrata en el lugar, de la que aún queda algún escalón, al lado de la escalera más moderna.
Otro aliciente de este tramo es la bucólica vista del santuario, que aparece de nuevo ante nosotros.
Llegados a la pequeña capilla dedicada a San Juan, podemos retornar por el Mirador de Garreta, pero preferimos volver por otro camino a nuestra izquierda para retornar al santuario por otro camino, más rápido y visitando la Font del Bou, suponemos que dedicada al buey de la leyenda del encuentro de la imagen de la virgen.
De aquí al punto de inicio nos restan muy pocos metros y ya hemos completado la vuelta a Cingles de Queralt, una interesante y variada vuelta de un par de horas. Más que recomendable.