Salida a las 8 de la mañana. Hoy nos espera una variada e interesante jornada, acercándonos a Caldes por el curso de la Riera de Caldes y ascendiendo luego al Pic del Vent, la cima más alta del Farell.
Salimos desde casa, atravesando la que para mí es la mejor obra que se ha hecho en el pueblo de La Llagosta: La Rambla de la Avenida 11 de setiembre, que aparte de ser bonita es funcional y le ha dado mucha vida al pueblo.
Nos encaminamos a Santa Perpetua de Mogoda, donde tomaremos camino en paralelo a la Riera de Caldes, la cual nos acompañará en casi la mitad del trayecto.
Pasamos numerosas zonas verdes. Es curioso cómo en esta zona, a lo largo del polígono industrial, han conservado y acondicionado la ribera de la Riera de manera que lo han convertido en un agradable paseo para caminar, correr, ir en bicicleta... Hay diversos parques grandes en este camino, pero destaca en Parc de l'Hostal del Fum, en el límite entre Santa Perpetua de Mogoda y Palau i Solità.
Este parque destaca por su buen estado de conservación y por tener un trenecito con su estación, sus vías, su túnel, su puente y que funciona los domingos y festivos de 11 a 2 del mediodía.
Seguimos por la Ronda Verde, un camino que avanza llano y cómodo siguiendo, como no, la Riera de Caldes. Desde él distinguimos las cimas características de La Mola, el Puig de la Creu y a la derecha de ésta, el Pic del Vent.
Siguiendo el camino pronto llegaremos a la Depuradora de Caldes y al poco a la singular construcción de la Torre Marimon.
La Torre Marimon es un completísimo complejo donde actualmente se aloja el IRTA (Institut de Recerca de Tecnologia Agroalimentària) y que en el pasado fue la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona. Recibe su nombre por la esbelta torre, reconstrucción de la que antiguamente se emplazaba allí para realizar funciones de vigilancia.
También hay en este complejo una pequeña ermita, dedicada a Sant Jordi.
El camino ahora se vuelve un poco más monótono, pues nos queda un tramo de carretera y otro con un sol de justicia entre campos de cultivo. Dejamos Caldes a un lado y llegamos al cruce del Roure Gros, cerca del cual hallamos los restos de una ermita de la que ya se tenía constancia el año 1027 pero de la que ya poco queda: Sant Miquel de l'Arn.
Por un camino empinado, aunque por fin con sombra, llegamos a la Torre Roja, donde tenemos los restos de una torre de origen medieval.
A muy pocos metros de la torre está el poblado ibérico de la Torre Roja, bastante bien conservado y datado en el siglo I aC aproximadamente.
Llevamos unas tres horas de camino y el sol primaveral ha apretado fuerte toda la mañana, así que realizamos una pequeña parada para aligerar ropa y poner pantalón corto por primera vez este año. Ascendemos por pista, primero de manera cómoda y luego con mayor pendiente. Después de pasar varios collados y l'Alzina de Tuies, alcanzamos la parte alta del Farell, la Serra Llisa, desde donde ya alcanzamos amplias vistas a Sant Llorenç del Munt y una parte importante del Vallès. La pendiente se suaviza y pronto estaremos en los últimos metros del ascenso al Pic del Vent, punto culminante de la sierra.
Esta cima tiene una tabla de orientación y un curioso banco, que agradecemos y aprovechamos para descansar un poco y recuperarnos del esfuerzo del ascenso bajo el fuerte sol.
La panorámica en esta cima es espléndida: Desde Cingles de Bertí y el Montseny a Collserola, Sant Llorenç del Munt, Cingles de Sant Sadurní y macizos pirenaicos como Port del Comte o el Puigmal. Y como no, también se distinguen al Sur las cercanas poblaciones de Caldes de Montbui y Sentmenat.
Descendemos por la obaga rápidamente hasta llegar a Sant Sebastià de Montmajor, una pequeña localidad de Caldes de Montbui con un restaurante, una iglesia, una rectoría y unas pocas casas a su alrededor.
Se tiene constancia de Sant Sebastià desde 1065. Las vistas y la tranquilidad de este lugar son impagables.
En Sant Sebastià encontramos también una fuente, lo que se agradece mucho para hidratarnos y rellenar la cantimplora en este caluroso día de Abril. Por pista, principalmente, bajamos hasta alcanzar la Riera de Caldes.
Desde aquí podríamos retornar a Caldes de Montbui, que es hacia donde va el camino señalizado, pero preferimos completar la travesía yendo a Sant Feliu de Codines. Para ello deberemos ascender un poco por una pista, aunque de manera cómoda. Pronto llegamos a Les Elies, una zona con diversas casa, incluída una pequeñita muy curiosa construida en un agujero natural formado en esta vertiente de la montaña.
En un rato más, que ya se hace un poco largo por las ganas de llegar y la distancia acumulada, llegamos al cementerio de Sant Feliu de Codines y finalmente al pueblo. Lástima que al llegar debemos esperar el autobús más de media hora. Aprovechamos para hacer estiramientos, beber un poco de agua, relajarnos...
El primer reto de la semana conseguido. A ver el viernes la excursión al Puig de la Creu y La Mola, que será más larga.
Álbum fotográfico de la ruta de La Llagosta al Pic del Vent y a Sant Feliu de Codines