¡Empieza la segunda jornada del TMB! Alarma a las 6 de la mañana para recoger la tienda, desayunar y empezar a andar antes de las 7. Hay que madrugar para caminar fresquito, ya que hoy tocará el Sol todo el día. Gracias a que avanzamos un poco desde Miage ayer, hoy empezamos en descenso, primero hacia La Frasse y hacia Les Contamines, pero sin llegar a esta última localidad.
Nada más salir nos encontramos con otro "tour-ista" del Mont Blanc (si Cándido Muñoz me permite que haga uso de su expresión), que me explica que viene de Grenoble y que tenía tienda plantada frente a la mía. Caminamos juntos hasta Les Granges de la Frasse, donde él seguirá el camino normal y yo tomaré una variante. El camino normal va por el valle de Les Contamines, mientras que el nuestro se dirige a la Combe d'Armancette, con su laguito y su circo glaciar y al refugio de Tré la Tête. Así que está claro, el camino más montañero es el que recorreremos. Cuando empezamos a divisar las primeras casas, por camino perfectamente indicado, comenzaremos nuestro ascenso.
El camino empieza siendo una amplia pista que asciende junto a alguna estética casa alpina.
Y vamos ganando vistas sobre el núcleo de Les Contamines-Montjoie.
Vale la pena apuntar que el topónimo de Les Contamines no tiene nada que ver con la polución, sino que deriva de la palabra condominio. Este apunte, como muchas otras notas culturales del viaje se las debo a las espléndidas explicaciones del libro de Cándido Muñoz que nos ha servido de guía todo el recorrido.
Un poco más adelante, en medio de la constante subida por pista, hallamos una estupenda fuente con un banco para sentarse, donde aprovechamos para reposar un poco la mochila.
Desde aquí pronto dejaremos la pista y nos adentraremos en terreno de alta montaña, en concreto en el pedregoso terreno de la Combe d'Armancette, un bonito circo glacial por el que subiremos en múltiples y cómodos zig-zags. Pero primero encontramos otro puente de madera para cruzar el Nant d'Armancette. Nant significa torrente en las regiones savoyanas... ¿y a qué no sabéis de dónde he sacado esa informacion?
Ya dentro del circo tenemos buenas vistas de las paredes sobre nuestras cabezas, pero también de la vegetación que allí encontramos. Es una zona húmeda y podemos ver arbustos y flores alpinas de diversa índole.
Y mirando atrás, aunque cuesta un poco distinguirlo, podemos ver también el pequeño Lac d'Armancette.
Nos queda subir hacia Tré la Tête, ahora por una preciosa y estrecha senda que va bordeando la montaña, y que pronto nos regala nuevas vistas de Les Contamines y del Mont Joly.
En pleno camino encontramos una pequeña cabaña de piedra, que nos iría bastante bien en caso de tormenta.
Seguimos ganando altura por una bonita senda y pronto nos toparemos con el refugio de Tré la Tête, a los pies del homónimo glaciar. Impresionante panorama y fuente y banco para descansar. He llegado aquí una hora antes de lo que tenía previsto, así que me lo puedo tomar con calma...
Dejo la mochila plantada en el banco y subo un poco a ver si veo el glaciar. La verdad es que cuando uno se quita la mochila parece que vuele. Vuelvo a reposar y a disfrutar del panorama. La zona está tranquila y se puede estudiar la posterior bajada y camino en dirección al Col du Bonhomme. Partimos de aquí, después de reponer energías. El camino es pedregoso e incómodo, según la guía que llevamos...
Al principio me parece que en la guía hablen de otro camino, pero pronto el descenso se vuelve más tortuoso y debo darle la razón al autor de la guía. No obstante, el bosque que atravesamos nos obsequia con bonitas estampas, como la Cascade de Combe Noire o el Puente de La Laya, ya bastante cerca del refugio de Nant Borrant.
Y un buen rato después, alcanzamos por fin el refugio de Nant Borrant, uno de los puntos más bajos de nuestra travesía de hoy.
Las tumbonas de la terraza del refugio llaman mucho, pero resistimos la tentación y seguimos un poco más. La idea hoy es llegar como mínimo al Refugio de la Balme y desde allí subir algo más. Una cómoda y estética pista nos lleva hasta el refugio de La Balme.
Por el camino encontramos una maravillosa fuente y lavabos públicos de nuevo. Estos franceses tienen unas instalaciones envidiables. Y bien mantenidas. Hay que tomar nota. Después de aligerar peso en los lavabos, beber agua y llenar la cantimplora, llegamos al Refugio de La Balme, situado en una bucólica pradera con vistas al Col du Bonhomme.
Paramos aquí a comer. Hoy toca una ensalada de pasta, perfecta para reponer fuerzas sin tener que preparar nada. Me encuentro una pareja de catalanes que está por allí de vacaciones con su niña de apenas unos meses y que me preguntan si hago el Tour y si lo llevo todo a cuestas. Me desean suerte y se van a buscar una sombra para no sobreexponer a la niña al sol. Creo que son los primeros con los que tengo una conversación en mi lengua desde que he iniciado el Tour. De momento la mayoría son (o parecen) franceses o americanos.
Acabada la comida empezamos a subir, por estético y verde sendero al conocido Col du Bonhomme.
Pronto llegaremos al Plan Jovet, verde y con alguna que otra construcción donde refugiarse en caso de lluvia. El circo frente a nosotros es amplio, agradable y digno de admirar.
Pronto llegaremos a otro de los lugares míticos del Tour: el famoso túmulo de piedras en Plan des Dames, donde la tradición dice que hay que dejar una piedra para protegerse del mal tiempo.
Aquí hago una parada técnica y me descuido de aportar mi piedra al montón. El tiempo empeoró un día después. ¿Casualidad? En mi opinión, sí. Pero ahí dejo el dato para los que crean más en este tipo de tradiciones.
Proseguimos nuestro ascenso, hasta unos amplios prados justo antes del último ascenso al Col du Bonhomme. Éste será un lugar estupendo para plantar la tienda esta noche. Me quedo allí, esperando que vaya cayendo la tarde... Lo que sucede es que son las 2 del mediodía y aún me quedan bastantes fuerzas, así que... ¡Vamos a subir al Col du Bonhomme! Total, sólo queda una media hora. Dormir en el cuello será más duro porque hará viento, pero tendremos un amanecer espectacular.
Así pues, nos disponemos a encarar las últimas subidas al Col du Bonhomme.
Y en poco más de media hora ya estamos en el famosísimo collado. Disfrutamos las vistas, aunque empiezan a aparecer nubes que nos tapan las cimas más altas y hace aire intermitente pero sopla fuerte. Fotos de rigor, visita a la tabla de orientación...
Y en el mismo collado me encuentro una pequeña caseta de madera, de la que me apodero rápidamente para pasar la noche allí y evitar montar la tienda esta noche.
No sé si subirá más gente a dormir aquí, pero yo ya estoy protegido de vientos y lluvias. La verdad es que dormí muy bien en la caseta y me ayudó a pasar la tarde, leyendo a cubierto del viento y las 4 gotas que fueron cayendo. También fue una gran cubierta para cocinar la cena y desayunar por la mañana. Digamos que me fue bastante bien, sí.
Durante toda la tarde fuy viendo gente pasar. Todos seguían, seguramente hasta el Refugio de le Croix de Bonhomme. Sólo un valiente plantó la tienda unos metros detrás de la caseta e hizo noche en el Col du Bonhomme.
Y así, poco a poco, se fue apagando el día. Buena jornada, bien de fuerzas y grandes lugares visitados. Mañana parece que el tiempo empeora. La previsión es subir al Col des Fours, pero se desaconseja si el terreno está húmedo. Mañana veremos si ha llovido y se puede hacer bien o tenemos que dejar esa prometedora variante para otra ocasión. Mientras tanto, a descansar y a gozar de las vistas.
¡Buenas noches y hasta mañana!
Fotos de la segunda jornada del TMB: Chalets du Truc- Col du Bonhomme