Cerca del Pont de Montanyana se encuentra el Congost de Mont-Rebei, un desfiladero de fácil acceso a pie, y al que sólo se puede entrar caminando, de manera que en todo el recorrido no se divisa ni una carretera, y el desfiladero conserva todo su encanto natural.
El desfiladero lo atraviesa por debajo el río Noguera Ribagorçana, y el camino a pie ha sido excavado en el lateral de la montaña, de manera que durante todo el recorrido las vistas son espectaculares.
Para llegar al Congost dimos un poco de vuelta porque entramos por la parte de Áger, ya que aprovechamos para acercarnos al ‘Coll d’Ares’, un poco después, y más arriba aún del observatorio astronómico de Áger, lugar con una buena panorámica, y que se utiliza como zona de despegue de aficionados al parapente, de manera que es fácil poder disfrutar del espectáculo de ver cómo se levanta un parapente y en un momento, después de una corta carrera hacia el vacío sale volando gracias a las corrientes de aire ascendente a pocos metros de donde tu estás.
Después de esta recomendable parada seguimos el camino en coche por la pista que baja por el otro lado de la montaña, ya en dirección hacia el desfiladero, aunque antes de llegar hicimos otra parada en el curioso pueblo de Alsamora, un pueblecito de prácticamente una sola calle en medio de la montaña en el que parece que el tiempo no haya pasado, con algunas casas habitadas con un aire bastante hippie, y otras tantas abandonadas. Justo encima de las casas, en una loma, se conserva una torre de planta circular en buen estado. Nosotros no llegamos a subir a la torre, pero en la pared había una escalera por la que se podía llegar hasta la base de la torre. Ya de vuelta en el coche, a la salida del pueblo hay una buena panorámica para hacer una foto del pueblo y su torre.
Siguiendo la carretera, ya poco después de Alsamora, llegamos por fin al Congost de Mont-Rebei, siguiendo un desvío a la derecha muy bien indicado, que conduce a un parking donde hay que dejar el coche. El parking no es gratuíto, cuesta 4€, aunque nosotros llegamos por la tarde y no había nadie cobrando, supongo que deben cobrar más bien por la mañana para el que vaya a estar todo el día.
En realidad el parking está al lado de la zona de baño, que es donde el río se abre a la salida del desfiladero. No era nuesto objetivo, porque hicimos la excursión sólo de tarde, y las paradas anteriores ya nos llevaron algunas horitas, pero es un lugar perfecto para pasar todo el día en familia disfrutando de la amplia zona de baño, donde incluso se pueden hacer actividades como alquilar un kaiac y, eso sí, sin perderse la excursión al desfiladero que es apta para todas las edades y niveles porque no tiene casi desnivel, y sin embargo, proporciona unas vistas espectaculares.
En el mismo camino que sale del parking hacia la zona de baño ya se encuentran carteles con información sobre los senderos que se pueden tomar para hacer excursiones por la zona, y sobre el camino hacia el Congost, que no tiene pérdida porque simplemente hay que seguir el camino que lleva al lado del río hasta el desfiladero. La excursión completa puede llevar bastante tiempo, de 2 a 3 horas si se llega hasta el final del desfiladero, aunque si no se dispone de tanto tiempo merece la pena acercarse al menos a la entrada, que se llega en menos de media hora, y después hasta donde se pueda.
Dentro del desfiladero hay un senderito indicado que lleva hasta una cueva llamada Cova Colomera. Esta subida opcional ya tiene un poco más de dificultad, e incluso hay cadenas para agarrarse y ayudar en la subida, y en la bajada, pero si se hace con cuidado también es apta para casi todos. Lo más peligroso es que de tanto tránsito el camino está muy pisado y tanto la zona de tierra, muy arenosa, como la de roca resbalan mucho, y hacia abajo está toda la pared del desfiladero, pero es muy emocionante, sobretodo para los niños, subir hasta la cueva ayudándose de las cadenas en las zonas más complicadas.
En definitiva, la excursión merece mucho la pena porque se llega muy fácil a un entorno natural perfectamente conservado, sin rastro de vehículos a motor, como quedan pocos. Sólo hay que ser conscientes de que se está caminando por un desfiladero a muchos metros de altura de caída vertical sobre el río, por lo que no conviene acercarse mucho al borde del camino y sobretodo los niños han de mantenerse siempre en la zona interior, cerca de la pared.