No lo cuento, pero diría que hace más de dos años de mi última publicación en la web. En esta hay una parte muy importante de mi actividad en la montaña de los últimos años. Y 30 días después de empezar esta aventura introspectiva forzada, me decido a retomar publicaciones. Intentaré, una vez al día y a través de algunas de mis fotos favoritas de montaña, tres cosas:
- Revivir lugares y momentos especiales
- Pensar en el presente
- Proyectar para el futuro
La primera de la fotos corresponde al último viaje del verano pasado a los Alpes. La tomé en el Glacier Blanc, en el macizo de Écrins de los Alpes franceses. La idea era ascender un pico de más de 4.000 metros de altura, el Dome de Neige. Íbamos a ser una cordada de tres, pero nuestro "jefe" de expedición, el más experimentado de los tres tenía una lesión en la espalda que le impedía acompañarnos. Lo intentamos dos, pero ni nos acercamos a la cima porque estaba muy peligrosa debido al hielo que quedaba al descubierto. Normalmente ese hielo está cubierto por una buena capa de nieve, pero el calor intenso del verano había complicado la vía. Así que, aunque con algo de frustración por no poder cumplir los planes, disfrutamos con la maravilla natural en la que estábamos.
La foto es del Glacier Blanc y al fondo podemos ver el Mont Pelvoux, un altivo pico de casi 4.000 metros de altura. En los glaciares, cuando están bien cubiertos por la nieve, podemos andar casi sin material. Pero, cuando la nieve escasea y el blanco del manto nival se cambia por el gris del hielo aparecen las grietas y hay que extremar las precauciones. Estos días hay momentos en los que sólo vemos las grietas. Como en la montaña, aquí intento aprender a usar mi material y quedarme en el refugio cuando hace mal tiempo. Seguimos trabajando, aprendiendo y haciendo bici estática para estar preparados. Y sólo si aprovecho mi tiempo hoy estaré preparado mañana. Así que con calma, pero seguiremos trabajando.
Y este verano, o quizás el otro, volveré a sortear grietas en los Alpes y a disfrutar de la magnificencia de la montaña. Mientras tanto, las fotos, mapas y libros nos seguirán llevando allí sin haber ido.