2 de septiembre de 2020. Tras una primera jornada en la Vega de Liordes hoy tenemos planeado tomar el teleférico de Fuente Dé y hacer una ruta circular por la parte central de la sierra. El primer punto clave es la Colladina de Las Nieves y desde allí intentaremos ir hacia Collado Jermoso. Si la cosa va bien y tenemos tiempo, ascenderemos desde allí al Tiro Callejo y a la Torre del Llambrión, una de las cimas de más de 2.600 metros que encontramos. Para completar la ruta volveremos por el refugio de Cabaña Verónica.
Vamos ahora a explicar cómo fue todo al final. Salimos pronto y aparcamos. Nos interesa salir pronto para aprovechar al máximo el tiempo hasta el último teleférico de descenso. Hace más de 20 años que tomé este teleférico por primera y última vez hasta hoy, en mi viaje de fin de curso de 8º de EGB, por lo que los recuerdos del lugar son vagos. Hay que remarcar el suave y rápido ascenso del teleférico, que salva unos 700 metros de desnivel en apenas unos minutos. Hacemos la cola para comprar el tiquet y finalmente, a eso de las 8:30 ya estamos arriba caminando. Iniciamos ruta en dirección a Cabaña Verónica, pero en seguida dejamos la amplia pista para tomar un sendero que nos acerca a la Colladina de Las Nieves. Desde lejos se ve le Pico de la Padiorna, a la izquierda de la imagen y a la izquierda también de la collada a la que nos dirigimos.
El sendero transita sin ganar demasiada altura al principio y poco a poco va aumentando la pendiente, siendo llevadera en todo momento. Llegamos a una especie de cruce, con el camino de la izquierda con una aspa para indicar que el camino señalizado no va por ahí. Parece que nosotros tenemos que ir hacia la izquierda, pero el sendero de la derecha quizás traza una cómoda lazada y está más marcado y parece más cómodo. Así que empezamos a ascender por el camino de la derecha. Tras haber subido unos 50-100 metros de desnivel parece que el camino no recupera la orientación que nos interesa y le preguntamos a un excursionista que desciende. Nos indica que este camino va a San Carlos, lo cual no nos interesa porque nos saltaríamos la zona de Collado Jermoso.
Así es cómo retrocedemos para volver a la bifurcación que hemos dejado abajo. Allí tomamos, ahora sí, la senda de la izquierda, para ganar altura en la dirección correcta. A medida que ganamos altura el terreno se vuelve salvaje y los hitos más escasos. Finalmente perdemos los hitos y se nos presentan dos rutas aparentemente viables: una a la derecha y otra más a la izquierda ganando altura hacia la cresta más próxima. Optamos por la segunda, progresando bastante bien, hasta que casi llegando a la cresta el terreno se vuelve más complejo y descompuesto. Nos asomamos a un punto de la cresta a ver si hay salida por el otro lado y finalmente avanzamos bajo la misma. Por suerte, pronto el terreno se vuelve más cómodo y ganamos por fin la Colladina de Las Nieves.
Hemos invertido más tiempo y esfuerzo del planeado, pero el panorama aquí es espectacular. Entre otros vemos los picos de Santa Ana y la Peña Vieja si echamos la mirada atrás.
Muy cerca del collado tenemos el Pico de la Padiorna, que nos tienta mucho, pero renunciamos a ascenderlo porque aún nos queda mucho por recorrer y el tiempo empieza a escasear.
Decidimos tomar algo energético y seguir nuestro camino, ahora en cómodo descenso. En poco tiempo tenemos una fantástica visión de la Vega de Liordes, que visitamos hace tan sólo 24 horas.
Nuestro siguiente objetivo son Las Colladinas, que están en algún punto frente a nosotros pero no tenemos claro por dónde será el recorrido. De momento la senda baja claramente y sin dudas por rocoso terreno. En poco tiempo dejamos de perder altura y empezamos a ganarla o mantenerla. El paisaje no deja de ser agreste y salvaje en ningún momento. Muy al fondo asoma la Peña Santa de Castilla, una estética cima fácil de reconocer por su salvaje cresta y pronunciada punta final.
Por el camino vamos buscando las senda que nos puedan conducir hacia Cabaña Verónica en caso de no tener tiempo a ir por el Tiro Callejo. Vemos una senda sin señalizar que parece que se dirige hacia allí, pero no lo tenemos claro. Más adelante veremos si hay que usarla. Seguimos ganando altura hacia un pradillo verde y por el camino encontramos a una chica que nos informa de todas las posibilidades de travesía y por dónde sería el recorrido si quisiéramos ir a Cabaña Verónica. El recorrido que nos indica parece penoso y descompuesto, pero nos dice que se recorre con comodidad. En la foto siguiente se intuye la línea que cruza la pedrera y gana altura en diagonal hacia la Collada Ancha, donde hay algo de nieve.
Tras intentar ver por donde tendríamos que volver, seguimos un poco más. Queremos llegar a Las Colladinas y ver el Refugio de Collado Jermoso, y si es posible el Tiro Callejo. La senda ahora transita por una estética faja por encima de accidentadas paredes, descendiendo y ascendiendo suavemente.
Cuando llegamos a la última colladina ya avistamos el Refugio de Collado Jermoso y la Peña Santa de Castilla nuevamente.
Realmente ha merecido la pena llegar aquí, aunque tenemos muy claro ya que no hay tiempo a intentar ascender al Tiro Callejo, que está a casi 500 metros de desnivel por encima nuestro y con un recorrido técnico que ni siquiera podemos ver desde nuestra posición. Se ven alguna puntas a la izquierda del Tiro Callejo pero no el paso clave que nos permitiría descender a Cabaña Verónica.
Así que si queremos llegar antes de que salga el último teleférico de descenso, no nos queda otra que retroceder y probar el camino que nos ha indicado la chica que hemos encontrado o volver por la Colladina de Las Nieves, deshaciendo el camino. Pero antes paramos a comer, que ya va siendo hora. Nos viene a visitar alguno de los residentes de la zona.
Finalmente volvemos hasta la senda que nos han indicado y localizamos las marcas que señalan la senda a la Collada Ancha.
Tal y como nos han dicho, y en contra de lo que aparentaba, el camino transita con comodidad por en medio de la pedrera y va ganando metros hacia la Collada Ancha. En la parte final hay que ascender un poco más fuerte, pero se deja hacer bastante bien.
Si miramos atrás vemos las accidentadas crestas junto a la Torre del Llambrión y otras cima por encima de los 2.500 metros de altura.
Bien, hemos superado la primera collada, ¿pero dónde está el descenso a Cabaña Verónica? Resulta que aún tenemos que volver a perder altura y recuperarla para llegar a un nuevo collado, donde ya encararemos el descenso final al ansiado refugio. O eso creemos. Por el camino nos encontramos a una pareja que dice que han tardado 2 horas a llegar aquí desde Cabaña Verónica. Esperamos tardar algo menos...
Desde aquí se avistan dos collados, uno que parece más elevado a la izquierda y otro más lejano a la derecha. Para variar no tenemos muy claro cuál es el nuestro, pero seguramente la duda se disipará a medida que nos vayamos acercando. El camino se nos alarga pero cada nuevo paraje es igual de espectacular que el anterior.
Finalmente nuestra collada, el Tiro de Casares, era la más cercana a nuestra derecha. Como en todo el camino los desniveles parecen más acusados desde lejos que cuando los recorres, cosa que nos sorprende. Desde luego esto no son Pirineos, y nos está encantando aunque nos esté costando orientarnos.
Llegados al Tiro de Casares el panorama quita el aliento. Mirando atrás vemos al Collada Ancha, aparentemente lejos y con nieve a la derecha de la imagen.
Y al otro lado ya vemos la Torre de los Horcados Rojos, los Picos de Santa Ana y Peña Vieja. Lástima que el día que fuimos todavía no sabíamos qué cimas eran. Por eso compensa revisar las fotos y escribir relatos, jeje.
Volvemos a perder altura, creyendo ahora que estamos cerca ya de Cabaña Verónica pero bajamos y bajamos y el refugio no aparece. Si que está lejos... El camino se torna salvaje y en algún punto hay que hacer algún sencillo destrepe. Mirando a las crestas el entorno impresiona.
Cuando parece que llegamos a un rellano nos encontramos a otra pareja que están alucinando con el camino. Vienen de Cabaña Verónica y nos dicen que nos quedan unos 30 minutos. Estamos casi sin agua, lo cual anima la aventura.
Seguimos, ahora ganando altura y flanqueando por terreno kárstico. Esto no afloja. Sin ser excesivamente complicado hay que vigilar donde ponemos los pies y el refugio sigue sin aparecer... Por fin, en los 30 minutos que nos decía la pareja, vemos el refugio. Ya lo tenemos a tiro de piedra, pero la traza de senda se pierde en un descenso delicado con nieve dura. Estamos encallados a poca distancia del refugio y no sabemos por dónde continuar. Y nos quedan unas dos horas para que salga el último teleférico. Al final encontramos un paso por una especie de puente natural de piedra que nos deja junto al refugio.
Finalmente hemos llegado al último punto "complicado" de la ruta. El camino ha sido variado, salvaje, espectacular... y largo. Cabaña Verónica es un refugio muy curioso, un pequeño habitáculo redondo de 6 plazas. Cuando nos acercamos a verlo por dentro, el guarda nos dice que está cerrado y que nos pogamos la mascarilla desde dentro del refugio. El tono que emplea rezuma amabilidad.
Disfrutamos la vistas, que no defraudan en absoluto. El estético Pico Tesorero se alza por encima de nosotros.
Tomamos algo y no tardamos mucho en tomar el camino de descenso a El Cable. Quedan algo menos de dos horas para que salga el último teleférico y deberíamos tener tiempo suficiente, pero ya no nos fiamos mucho. El descenso desde aquí es ya muy simple, cómodo y sin posibilidad de perderse. Pasamos a una marcada senda que desciende para desembocar en la amplia pista, donde ya apenas nos quedan unos metros de desnivel por descender y el camino se hace muy cómodo. A la derecha vemos uno de los pocos lagos que hay en la zona, donde hay alguna persona bañándose.
La verdad es que en estos momentos un baño sentaría muy bien, pero no tenemos ganas de apurar más el tiempo. Acabamos llegando al teleférico con tiempo suficiente. Ahora nos queda la pantalla final: la espera en la cola del teleférico. Tras más de una hora de cola acabamos tomando el teleférico. Detrás nuestro queda mucha gente y ya son más de las 19. Parece que les va a tocar hacer horas extra...
Cuando llegamos abajo nos hacemos una exquisita cena caliente, aunque no recuerdo exactamente qué cenamos. Seguramente pasta y frankfurts o algo similar, mis compañeros ya saben de qué hablo. Sorprende ver cómo cerca de las 21 todavía siguen bajando teleféricos. Subimos al coche y volvemos a descansar a nuestro albergue. Para el día siguiente no hay buena previsión meteorológica y haremos jornada de descanso.
La jornada de hoy ha sido larga pero realmente espectacular. Picos de Europa es una sierra maravillosa y tenemos ganas de conocer más. Eso sí, para la próxima nos documentaremos mejor para no tener tantos problemas de orientación.
Si queréis ver todas las fotos de la jornada las tenéis aquí.