10 de septiembre de 2020. Ayer fue una jornada memorable, con ascenso a Torre Cerredo, el techo de Picos de Europa. Llegamos tarde y queremos descansar bien, así que saldremos más tarde de lo habitual. Hoy nos proponemos hacer algo menos técnico y a ser posible con menos desnivel. Así que nos decantamos por el Peña Castil, que es una cima de algo más de 2.400 metros de altura bastante menos frecuentada que la zona del Naranjo y más sencilla de ascender. Hemos leído una reseña donde la hacen en ruta circular desde los Invernales del Texo, pero en nuestro caso iniciaremos ruta en la pista bajo el Collado Pandébano, como en la jornada anterior.
Finalmente inciamos la marcha a las 12 del mediodía aproximadamente. El ascenso a Collado Pandébano que tanto nos desorientó ayer por la noche es un juego de niños ahora y parece imposible perder la orientación. Ahora queremos ir a buscar la Canal de las Moñas, aunque no acabamos de diferenciar la traza correcta.
En nuestro mapa la senda parte de la Terenosa, pero en la reseña que tenemos inician el ascenso antes. Nos acercamos un poco más a la Terenosa. La visión del Neverón de Urriellu y la Horcada Arenera con las vacas pastando en los verdes prados es sublime.
Seguimos sin ver la traza clara, pero empezamos a ganar altura a ratos por senda de vacas, a ratos pasando algún pequeño pedregal.
En algún punto localizamos hitos y algo más arriba ya aparece una senda más clara. Seguimos subiendo, con pendientes un poco más pronunciadas pero llevaderas. En unas dos horas desde el principio hemos llegado a la Majada de Las Moñas. Aquí se nos abren amplios y verdes prados por donde progresar será más reposado. Unas cabras nos vienen a saludar, seguramente esperando recibir algo de comida.
Parece que estamos muy arriba, pero aún nos queda atravesar los extensos prados que ha delante nuestro. Ascendemos suavemente por cómoda senda hasta encontrar el paso señalizado con hitos, ya con vistas al Peña Castil, que nos lleva a descender al Collado Camburero.
Desde aquí parte otro camino que lleva hacia el refugio de Urriellu. También se nos ofrece una buena panorámica del Naranjo de Bulnes y el Neverón de Urriellu.
En el Collado Camburero descansamos un rato. Las rodillas están bastante cargadas de las rutas de los días previos y aún nos quedan unos 400 metros de desnivel. No es una barbaridad, pero nos lo tomaremos con calma para no rematar las rodillas. Preguntamos a algún excursionista que acaba de bajar y nos dice que se hace bastante bien, que está un poco descompuesto en algún sitio pero que no tiene complicación.
Comemos bien y reposamos un rato. Sólo llevamos 3 horas pero aún tenemos tiempo. Después de esto emprendemos el ascenso. La senda es clara aunque es cierto que la piedra está un poco suelta y gastamos bastante energía para ir ganando altura. En una hora y cuarto desde el collado, aproximadamente, conseguimos llegar a la cima. Efectivamente no era complicado llegar aquí, pero hay zonas con piedra suelta y algo inclinadas que a la vuelta nos van a castigar las rodillas. Pero eso será luego. Ahora nos toca disfrutar de unas espectaculares vistas. Después de haber subido algunas cimas de la zona se disfruta más cuando empiezas a reconocerlas. Se ven Peña Vieja, los Picos de Santa y Los Campanarios, que seguro que merecen un ascenso otro día.
Al otro lado destacan nuevamente el Naranjo de Bulnes, en primer plano, y el Neverón de Urriellu.
En la cima coincidimos con un montañero que ha subido un trecho con nosotros y que nos identifica muchos de los picos que se ven y nos explica la dificultad y alguna aventurilla vivida en los mismos. No hay nada como la experiencia. El día es espléndido y gozamos una rato en la cumbre.
Cuando ya hemos disfrutado suficiente, empezamos a descender. Tal y como habíamos previsto, el descenso es relativamente penoso por el desgaste acumulado de los días previos. Cuando llegamos de nuevo al Collado Camburero mi compañero insiste en hacer la ruta circular y descender por la canal de Fresnedal, que nos llevará a la Vega de Sotres. El plan promete porque descenderemps por un valle que es nuevo para nosotros, pero el problemas es que habrá que ascender luego hacia el Collado de Pandébano donde tenemos el coche y no sabemos cuánto nos llevará. Así que iniciamos el descenso.
La senada baja de manera bastante directa, sin ser terreno demasiado suelto ni ser incómodo más que en pequeños tramos. Sabemos que por esta zona hay una fantástica cueva de hielo, pero hoy no nos paramos a buscarla.
En una hora, más o menos, llegamos a los restos de la Majada de Fresnedal, cerca ya del fondo del valle y con buenas vistas a las cimas del otro lado del valle.
Descendemos un poco más y llegamos a Vega de Sotres. Allí hay numerosos establos y una especie de cueva donde están pastando algunas cabras. Y una espléndida fuente para recargar agua. Desde este punto ya sólo nos queda un franco y suave descenso por pista de tierra, recorriendo el fondo de valle y en paralelo al Río Duje hasta los Invernales del Texo, donde deberemos volver a subir el tramo hasta el coche. Finalmente no ha sido tan traumático como aparentaba y hemos llegado antes de lo esperado. Otra impresionante jornada en esta excelsa y savaje sierra que es Picos de Europa. Ya nos queda poquito aquí. Habrá que aprovecharlo.
Si quieres ver todas las fotos de la ruta las tienes en este enlace.