11 de agosto del 2021. Tras haber recorrido una parte de la Senda del Cares el año anterior para hacer travesías hasta Covadonga, este año la idea es conocer la parte de la senda que nos falta por ver, desde Caín hasta Culiembro, aproximadamente. Como estamos en mitad de la efervescencia del mes de agosto, decidimos madrugar para empezar a caminar con las primeras luces y salir con una cierta tranquilidad antes de que la estrecha senda se llene de turistas como nosotros.
Esta ruta no tiene ninguna dificultad de orientación y en nuestro caso parte de Caín de Valdeón, que es una pequeña y pintoresca población donde se acaba la carretera y donde hay una buena oferta de restaurantes a buen precio. Esta población pertenece a la provincia de León y al otro extremo de la Senda del Cares está Puente Poncebos, que es del Principado de Asturias. Así que hoy caminaremos por dos comunidades autónomas distintas.
Cuando empezamos a caminar en Caín de Valdeón nos dirigimos primero hacia un puente que nos llevará a cruzar el Río Cares, que será nuestro compañero de ruta toda la jornada.
Pronto alcanzamos la Presa de Caín, que es donde se embalsa y a donde llegan los canales que recorren la senda para generar el flujo de agua y la electricidad con este.
Desde este punto recorreremos el tramo del camino con mayor concentración de túneles y puentes.
El camino empieza aquí a ponerse agreste, pero de fácil tránsito. Cuando pasamos los primeros túneles salimos de nuevo a una zona un poco más abierta, donde se inicia la Canal de Dobresengos, que nos llevaría a Hoyo Grande y que algunos utilizan para acceder al famoso Refugio del Jou de los Cabrones, el más duro de alcanzar de España, según se dice.
Siguiendo la ruta pronto llegamos al primer puente sobre el vacío, uno de los más fotografiados de este sendero.
El camino es lineal y simple, con alguna subida llevadera en algún punto. No por lineal se puede considerar monótono, pues siempre aparece una nueva vista del Cares, o una caseta, o zona de canales, puentes... Entretenido y variado, en definitiva. Antes de llegar a Culiembro la garganta se estrecha un poco.
Ya en Culiembro vemos los carteles de la abrupta senda que nos llevaría en dirección a Covadonga.
En este punto estamos más cerca de Poncebos que de Caín ya, pero como es pronto decidimos seguir un poco más. En este tramo encontramos nuevos túneles.
Seguimos disfrutando cada nueva curva y cada nueva perspectiva. Ahora llegamos a la parte donde la senda sube más de todo el recorrido. Llegados al punto más alto tenemos un panorama un poco más amplio, donde vemos la parte de la garganta por la que hemos venido.
Nos ha llevado casi 3 horas, caminando con mucha calma y parando a hacer fotos con frecuencia, llegar hasta aquí y al otro lado queda la bajada a Poncebos.
Decidimos dar la vuelta. Además ahora el camino, antes solitario, está repleto de gente ya y tenemos que empezar a esquivarnos unos a otros. En algo más de dos horas volvemos al punto de partida, ahora con menos paradas y con más tramos de bajada que de subida. Aunque hemos hecho el mismo camino, siempre hay diferencias. Ahora hay más luz que a la ido y nos da tiempo a ver detalles que a la ida no vimos.
Sin más historia llegamos de nuevo a Caín antes de las 13, así que aprovechamos para degustar un menú de la zona y poner un buen broche a esta estupenda aunque masificada ruta. Si quieres ver todas las fotos de la jornada lo puedes hacer aquí.