Así, pues, recojo a mi amigo y nos vamos hacia Collserola. Aparcamos el coche cerca del metro de Canyelles. Enseguida pasamos por delante del gran mercado de Canyelles, que por lo visto es uno de los más nuevos de Barcelona, construido en el 1987.
Seguimos hasta la gran rotonda de la Plaza Karl Marx y un poco más allá cogemos el GR que nos llevaría hasta Cerdanyola. Realizamos la subida por un sendero bien indicado, con buenas vistas. En medio de la montaña destaca el Hospital de Sant Llàtzer, un hospital que se construyó para reemplazar, a partir del año 1971 el hospital de leprosos que se situaba en la masia que hay delante suyo, Can Masdeu. Por lo que parece, no obstante, el hospital nuevo no entró nunca en funcionamiento y Can Masdeu ahora es una casa ocupada que se abre muchos domingos para realizar actividades relacionadas con la ecología, el activismo y la autogestión.
Continuamos subiendo y enseguida llegamos a la fuente de Santa Eulalia, de donde no sale demasiada agua, por lo menos el día que fuimos nosotros.
El itinerario es sencillo, con subidas suaves y muy pronto ganamos buenas vistas de la ciudad de Barcelona. Llegamos a la carretera, la cruzamos y seguimos hacia el Forat del Vent. Pasado este punto, al poco tiempo ya se divisa claramente el Turó de Valldaura, claramente reconocible por su torre de vigilancia.
Durante gran parte del trayecto disfrutamos de grandes vistas hacia Barcelona y hacia la parte del Vallès al otro lado de Collserola, donde se sitúan Cerdanyola y Sant Cugat principalmente. Seguimos por el sendero bien señalizado que nos lleva en una breve subida al Turó de Valldaura.
El Turó de Valldaura no ofrece unas vistas muy espectaculares, ya que hay árboles y arbustos impidiendo una buena visibilidad. Continuamos, pues, en bajada por senderos de espesa vegetación hasta el Pas del Rei, que es una especie de colladito cerrado por la vegetación.
Ahora hacemos la última subida al Turó de Magarola, o Turó del Maltall de la Magarola, que es su nombre completo. Disfrutamos un buen rato del extenso panorama. Por un lado vemos La Mola, Montserrat, el Montseny y el Vallès.
Por el otro lado Barcelona, sus barrios y su costa.
Ahora volvemos al Pas del Rei y bajamos por caminos directamente al Velódromo de Horta, pasando por al lado del Castell Fortí, que es una pequeña fortificación que proviene de las guerra carlinas (para más información). Pasamos también por la entrada del Parque del Laberinto, que recomiendo a los que no hayan estado nunca que almenos le hagan una visita. Seguramente no salgáis prendados del lugar, pero almenos a mí me parece una atracción curiosa de la ciudad de Barcelona y un lugar donde los niños pueden disfrutar de la entrada a un laberinto de verdad.
Ahora nos queda la parte más pesada, una vez retornamos al asfalto, volver al lugar en que tenemos el coche. Finalmente no nos llueve ni gota durante toda la excursión.
Al volver a casa me encuentro con una imagen que no sucede con gran frecuencia, y es que la riera de al lado de mi casa, que se llama Riera Seca porque casi nunca baja agua por ella, baja bien llena. Una visión bien significativa de los efectos de los "caprichos" de la naturaleza. Os dejo un video.
Álbum fotográfico de la ruta al Turó de Magarola