13 de agosto de 2017. Hemos dormido a más de 4.500 metros de altura y se ha notado. He podido dormir bastante y bien durante algunos ratos largos, pero me he despertado un par de veces y el dolor de cabeza, aunque muy leve y llevadero, persiste. En una de las veces que me he despertado me he asomado a la ventana para ver las montañas y el cielo. Hoy es uno de los días de máxima actividad de las Perseidas, la famosa lluvia de estrellas conocida como las Lágrimas de San Lorenzo. En 10 o 15 minutos he visto un par de estrellas fugaces, pero no más. Finalmente se hacen las 5 de la mañana, que era la hora a la que había que empezar a prepararse. En un rato nos vienen a hacer mediciones otra ves para el estudio de adaptación en altura. Tras una tarde y una noche de descanso sigo a 110 pulsaciones y a un 70 % de saturación de oxígeno. Parece que mi adaptación a la altura no acaba de ser buen, aunque me dicen que no es una resultado malo. Mi compañero otra vez a 60 pulsaciones y 95 % de saturación de oxígeno.
Total, que nos preparamos, desayunamos y salimos para ponernos el material. Como siempre este proceso no hace salir los últimos del refugio, pero aún es una hora buena. La vista nada más salir te deja sin aliento.
Toca finalmente el momento que había temido toda la tarde de ayer: bajar el primer repecho del refugio a primera hora de la mañana con la nieve posiblemente más dura. Finalmente, aunque con cierta tensión, realizamos el descenso hasta el Collado Gnifetti. No había ningún trozo completamente helado y los crampones hacen muy bien su función, dando incluso más seguridad en descenso que durante el ascenso del día anterior.
Estamos ya en el Collado Gnifetti. Tan sólo 110 metros de desnivel nos separan de Punta Zumstein, pero supuestamente es la parte más técnica del día de hoy y aún nos queda todo el descenso y, si nos da tiempo, subir al Refugio Quintino Sella para intentar el Castor al día siguiente.
Todavía no son las 8 de la mañana, por lo que aún podrían encajar todos los planes e intentamos el ascenso al Zumsteinspitze. La primera parte es una amplia pala de nieve de poca inclinación y poco a poco se va estrechando hasta llegar a una zona de terreno mixto, donde la nieve y la roca se combinan. Aquí es donde están los pasos más técnicos, aunque por suerte no es complicado. Usar un poco las manos para apoyar y resaltes cortos y fáciles con poca exposición. La mayor dificultad aquí diría que es el cruzarse con las otras cordadas y las partes con poca nieve o un poco helada, que son muy pocas. En unos 30 minutos desde el collado hemos hecho cima. La vista merece la pena. Podemos ver refugio donde dormimos ayer.
Y al otro lado la espectacular y altiva Duforuspitze y el Nordend, las dos cimas más altas del macizo.
Y aunque no lo suelo hacer, hoy sí que me hago una foto en la cima con el compañero al que agradezco me haya "arrastrado" (en el buen sentido) hasta tan alto.
Y por si lo queréis ver todo de una, os dejo también la panorámica en 360. Hay decir que estas vistas en 360, aunque dan una visión bastante parecida a lo que ves allí, deforman bastante, aplanando mucho alginas zonas y estirando otras.
Disfrutamos el momento y las vistas y emepzamos el descenso. Hoy hace sol, no hace nada de viento ni de frío y el descenso se hace muy cómodo. Echando la vista atrás podemos ver las imágenes que nos perdimos el día anterior, caminando entre la niebla. Aquí vemos el Zumsteinspitze a la izquierda y la Signalkuppe con la Capanna Margherita a la derecha, donde hemos dormido.
Estamos disfrutando mucho. También vemos los imponentes Lyskamm y al fondo la gran referencia alpinística, el Cervino.
La nieve stá en un estado espectacular, no es dura, tampoco blanda y apenas hay grietas en el primer tramo. Hoy además vemos todos los cuatromiles de la zona: el Parrtospitze, Ludwigshöhe y el pequeño Balmenhorn al que subimos ayer entre la niebla. Hoy tiene un poco más de afluencia y parece que hay que coger turno para subir. Se nota que esta zona es sencilla de transitar y muy apropiada para aquellos que no tenemos demasiada experiencia en alpinismo.
Cuando ya estamos más cerca del Refugio Gnifetti el terreno baja con un poco más de fuerza y empiezan a aparecer grietas, aunque se esquivan con facilidad. Ahora sube todavía más gente y nosotros intentamos ganar algo de tiempo para ver si aún nos cuadran los planes. En este vídeo en 360 nos podéis acompañar en una parte del descenso.
Y finalmente volvemos a ver el Refugio Gnifetti.
Seguimos perdiendo altura hasta llegar a las proximidades del Refugio Mantova. Aquí podemos tomar el camino de ayer, que es más suave y da algo más de vuelta, o probar el que baja más directo por pasos equipados hacia el Glaciar Indren. Reponemos fuerzas con algo de comida y nos quitamos los crampones. Todavía no son las 11 y finalmente decidimos tomar el camino de los pasos equipados para verlo. Sin ser difícil es un tramo un poco largo y con continuos pasamanos, escalones, cuerdas, grapas, etcétera. No hace falta material para hacerlo y no hay mucha exposición en el descenso, pero debimos estar unos 15 minutos continuados en esos tramos equipados. Como estaba "ocupado" sólo hice una foto en uno de los primeros tramos.
Cuando llegas al final del paso equipado ya te queda una corta travesía por el Glaciar Indren hasta el primer teleférico de descenso del día. Parece mentira que esta zona estuviese completamente cubierta de nieve hace dos días.
Y a la salida del teleférico nos queda el tramo de unos 500 metros hasta el siguiente remonte. Aquí es aún más acusada la diferencia en la innivación. Hoy queda toda la tierra de la pista al descubierto.
Y tras este teleférico y el siguiente tramo de descenso por fin llegamos a Staffal, donde tenemos el coche, que dejamos allí hace dos días. Es la 1 del mediodía aproximadamente y tenemos que revisar mochilas y tomar teleféricos de ascenso hacia Bettaforca. Desde allí tenemos unas 3 horas de ascenso hasta el Refugio Quintino Sella. El plan es dormir allí y al día siguiente intentar el Castor. Veremos qué tal. A ver si responde el cuerpo y nos da tiempo de hacerlo todo bien.