La semana anterior habíamos ido al Cadinell, una montaña de apenas 2.100 metros y desistimos del ascenso por encontrarnos inclinadas pendientes nevadas, con nieve dura y sin material adecuado: ni guantes, ni bastones, ni grampones. Incluso íbamos con bambas en lugar de botas. La verdad es que no esperábamos que en la subida, en medio de un pinar, hubiera este tipo de pendientes nevadas y es que las dos vertientes de esta montaña son afiladas e inclinadas. Así, pues, a medio ascenso y viendo que la pendiente no remitía y que no teníamos material para bajar con seguridad, decidimos volver.
Así, una semana después, retornamos con botas, polainas, grampones, guantes y bastones para no tener problemas, especialmente en el descenso. Esta excursión es muy recomendable: sólo empezar en el estacionamiento en Josa de Cadí, ya disfrutamos de interesantes vistas a la afilada cima del Cadinell, que algunos dicen que parece una réplica en miniatura de la sierra que tiene detrás: El Cadí.