La Mola de Lord es una interesante elevación montañosa que asciende poderosa y abruptamente desde los mismos pies del Pantà de la Llosa del Cavall. La había visto con anterioridad desde la carretera de Sant Llorenç de Morunys a Solsona y desde lo alto de Port del Comte y me atraía la idea de conocer aquella formación rocosa con un altiplano en su parte más alta y un santuario coronándolo. Así es como decidimos pasar una tarde de domingo diferente, acercándonos a Sant Llorenç de Morunys para coronar la Mola de Lord.
Por la carretera que nos da acceso a ella, encontramos la pequeña y estética ermita de Sant Serni del Grau, merecedora por lo menos de una pequeña parada para verla con un poco de detenimiento.
Esta ermita románica, que pertenece al término municipal de Guixers, fue construída durante el siglo XI, con una primera restauración en el siglo XII. Seguimos la pista asfaltada hasta el final, estrecha, pero con el firme en muy buen estado. Finalmente llegamos al Collet del Santuari, donde el coche no puede seguir más y aparcamos.
En unos 15 minutos, por un camino empedrado y con escalones, llegamos a la parte alta de la Mola de Lord.
Lo primero que encontramos allí es una pequeña capilla blanca, dedicada a Sant Pere Màrtir, y unos engranajes y mecanismos que forman parte de un montacargas para abastecer al santuario.
La Mola de Lord, en su parte superior, es una heterogénea mezcla entre piedra conglomerada, el Santuario de Lord y una gran explanada con un bucólico bosque y un cuidado césped. Aquí vive actualmente una pequeña comunidad de sacerdotes y hay un gran rebaño de ovejas pertenecientes al Santuario que pastan por los prados anexos.
Esta montaña lleva más de un siglo dedicada a la Mare de Déu de Lord, empezando por un capilla cuya existencia se conoce desde el año 992. El año 1835, durante las guerras carlinas, las construcciones que albergaba fueron incendiadas y dinamitadas. Como recuerdo de ello encontramos un cañón cerca de la cima.
Aprovechamos para acercanos a la cima, donde hay un cruz instalada y disfrutamos de maravillosas vistas en derredor. Para empezar, al Norte, el Port del Comte; el techo de la comarca.
Hacia el Sur disfrutamos de la visión del Pantà de la Llosa del Cavall, de las estéticas formas de la Serra dels Bastets y en lo más alto se intuye el Pla de Busa.
Disfrutadas las vistas, descendemos hasta el Santuario de Lord, que fue reconstruído después de colocarse la primera piedra de éste en 1867.
El retablo que hay en el interior, con un precioso y llamativo sagrario, está presidido por la Mare de Déu de Lord, imagen del siglo XVI.
Sin duda éste es un lugar pecualiar a visitar y no requiere gran esfuerzo físico llegar hasta aquí. Descenderemos ahora en dirección al Grau de Sallord, procurando completar un itinerario circular para conocer un poco mejor las formaciones rocosas de esta gran prominencia. El camino está limpio y bien indicado. Pronto empezamos a descender por sencillo camino entre las abruptas paredes de la Mola, llegando a una curva donde se halla un mirador, con grandes vistas.
Para ver la foto panorámica al detalle sólo debemos clicar encima de la foto sobre estas líneas. En el mismo mirador encontramos un plafón que nos ayuda a identificar las cimas, elementos naturales y construcciones que encontramos desde aquí.
Entre las construcciones que se ven, destacamos al otro lado del pantano las Casas de Posada, donde hay casa de colonias y casa de turismo rual.
Proseguimos camino, acabando de rodear la cima entre bellas formaciones rocosas y abundante vegetación disfrutando el verdor y la frescura propias de la primavera.
En poco tiempo, aunque ahora nos toca subir más que bajar, regresamos al coche. Sin duda ésta es una completísima, sencilla y corta excursión circular. Más que recomendable.