Nos espera una interesante salida de alta montaña. Desde Bagà iremos al Coll de Pal, que está justo entre el Puigllançada y la Tossa d'Alp. Si tenemos tiempo ascenderemos a las dos cimas, pero primero iremos a la Tossa d'Alp por considerar la ascensión más interesante. Esta cima es la primera que encontramos en la Serra del Moixeró en su extremo más occidental, y también la más alta hasta llegar a la Serra del Cadí, unos cuantos kilómetros al Oeste.
Empezamos la excursión en uno de los lugares más conocidos y tradicionales de las cercanías de Berga: El santuario de Queralt. Las amplias vistas que ofrece el lugar, especialmente a la ciudad de Berga, lo han popularizado como el "balcó de Catalunya".
Empezamos una serie de excursiones entre semana con Carlos y Sonia, que habían practicado algo de senderismo hace años pero ahora tienen la oportunidad de volver a caminar por las montañas que nos rodean.
Para iniciar las actividades nos hemos decidido por un clásico entre los clásicos de las tierras catalanas, especialmente en la provincia de Barcelona: La Mola desde el Coll d'Estenalles. Esta excursión es un clásico por varias razones: su belleza, su accesibilidad y probablemente porque sea la ascensión más sencilla al techo de Sant Llorenç del Munt.
Siguiendo la exploración de las cima del Prepirineo catalán hoy nos acercamos a la abrupta y salvaje Serra dels Bastets para coronar el Tossal de les Viudes. Iniciamos la excursión en Aiguaviva, una casa de colonias en un entorno natural bello y en una tranquila zona.
Salida a las 8 de la mañana. Hoy nos espera una variada e interesante jornada, acercándonos a Caldes por el curso de la Riera de Caldes y ascendiendo luego al Pic del Vent, la cima más alta del Farell.
Salimos desde casa, atravesando la que para mí es la mejor obra que se ha hecho en el pueblo de La Llagosta: La Rambla de la Avenida 11 de setiembre, que aparte de ser bonita es funcional y le ha dado mucha vida al pueblo.
Esta semana un par de actividades especiales para ir completando el catálogo de excursiones desde La Llagosta, ahora buscando coronar cimas representatvas y cercanas.
La semana anterior habíamos ido al Cadinell, una montaña de apenas 2.100 metros y desistimos del ascenso por encontrarnos inclinadas pendientes nevadas, con nieve dura y sin material adecuado: ni guantes, ni bastones, ni grampones. Incluso íbamos con bambas en lugar de botas. La verdad es que no esperábamos que en la subida, en medio de un pinar, hubiera este tipo de pendientes nevadas y es que las dos vertientes de esta montaña son afiladas e inclinadas. Así, pues, a medio ascenso y viendo que la pendiente no remitía y que no teníamos material para bajar con seguridad, decidimos volver.
Así, una semana después, retornamos con botas, polainas, grampones, guantes y bastones para no tener problemas, especialmente en el descenso. Esta excursión es muy recomendable: sólo empezar en el estacionamiento en Josa de Cadí, ya disfrutamos de interesantes vistas a la afilada cima del Cadinell, que algunos dicen que parece una réplica en miniatura de la sierra que tiene detrás: El Cadí.
Este sábado hemos quedado con un amigo para acercarnos al mirador de La Figuerassa y al Cogulló d'Estela, buenos miradores al sur de Rasos de Peguera. Así que nos vamos a Berga y de allí, por la carretera de Rasos de Peguera, a Espinalbet. Desde este pequeño e interesante núcleo del municipio de Castellar del Riu accedemos por una estrecha pista asfaltada hasta el Santuario de Corbera, donde teníamos previsto dejar el coche para iniciar la excursión. La zona de estacionamiento está llena, así que continuamos por la pista, ahora sin asfaltar pero en buen estado hasta el Coll de l'Oreller, desde donde realizaremos el sencillo itinerario hasta La Figuerassa.
Última luna llena de invierno. Ya se nota que las temperaturas empiezan a subir y aprovechamos para acercarnos a la zona volcánica de la Garrotxa a dar un reconfortante paseo.
Salimos a la 7 de la mañana, como debe ser una buena jornada excursionista, hacia Sant Jaume de Frontanyà, el que dicen que es el pueblo más pequeño de Catalunya. Una vez allí, después de la sinuosa carretera que hemos cogido vamos a localizar el Coll de la Bataiola para evitar andar un tramo de carretera. Con el coche ya aparcado, empieza a llover. Ya entraba en las previsiones que lloviera, pero hemos decidido salir porque no se preveía gran cantidad de precipitación.
